miércoles, 24 de marzo de 2010

Fragmentos de Luz


Para este proyecto se nos pidió traer un objeto en el cual nos basaríamos para hacer nuestra siguiente instalación. Este objeto fue un "diamante".


Experimentamos con el objeto al ponerlo sobre diferentes texturas, pasarle un rayo de luz, ponerlo delante de otros objetos, contra la luz, etc.


ANÁLISIS

- Creamos una lista de atributos del objeto:
reflejos, ángulos, transparencia, dispersión, distorsión, multiplicación de formas, división de partes, repetición, deslumbramiento, mezcla de colores, prisma, colores del arcoiris, luz y sombras, iluminación...



A partir de esto, creamos una lista de los otros materiales que nos puedan dar algunas o varias de estas características:
espejos, aluminio (de cocina), láminas de metales (acero), agua, papel celofán de colores, papel cebolla, telas, estambre, proyectores de luz, prismas...


PROYECTO


Tuvimos varias ideas pero al final decidimos basarnos en la característica de que al pasarle un rayo de luz blanca se pueden producir muchos rayos de luz de colores que van hacia diferentes direcciones.



Por lo tanto, nuestra instalación consta de una "telaraña" de estambres de muchos distintos colores (incluyendo uno metálico) que va conectando todos niveles de una sección del edificio 3 y 4 de la UDEM.

Éstos irán en todas direcciones y hacia diferentes niveles. Es un cubo de área abierta delimitado por las escaleras, el edificio 3 (sombreado), el 4, y una pequeña jardinera que la a la terraza del Starbucks. Escogimos esta área porque está en el exterior aunque es techada, en un lado tiene escaleras lo que nos ayuda a crear más movimiento, es muy transitada, va a causar un impacto en la gente que pase y está un poco limitada.





BOCETOS

Con la ayuda de Photoshop, creamos distintos bocetos para definir mejor nuestro proyecto.






























RESULTADO FINAL

La instalación nos tomó un día entero, estuvimos arrojando las bolas de rafia de edificio a edificio. También creamos varios planos con el mismo color de rafia, para simbolizar un objeto sólido que absorbe todos los colores y refleja uno. Nuestras mayores complicaciones fue la falta de fuerza, el poco peso de la rafia al irse utilizando, la gran distancia entre los pisos y que al estar más tupido, las bolas de rafia se enredaban; pero, en general, fue un proceso muy divertido. Descubrimos que en el último piso la rafia producía sonido con el paso del aire, también que con la luz del sol ésta reflejaba los colores muy brillantes. A continuación se muestran las fotos del resultado final.







































































Conjunto Abstracto de Casas




A partir del texto de "La poética en el espacio" de Gastón Bachelard, creamos una composición de las viviendas de cada miembro de mi equipo, las cuales relacionamos y unimos. La composición sigue en proceso. Sólo hemos dibujado las viviendas sobre un rollo de papel kraft y falta darle los colores y texturas.


Parte izquierda:



Parte derecha:


jueves, 11 de marzo de 2010

La Poética del Espacio por Gaston Bachelard

I. La Casa

Del sótano a la Guardilla

El Sentido de la Choza


Para realizar un estudio fenomenológico de los valores de intimidad del espacio interior, la casa es un ser privilegiado. Para lograr esto debemos ver más allá de los detalles de la descripción de la misma. “La casa es nuestro rincón del mundo… nuestro primer universo. Es realmente un cosmos.” (Bachelard, 2000).


Todo espacio que sea habitado tiene como esencia la noción de casa. La persona que se resguarda en un espacio hace sensibles los límites de su albergue y vive la casa con el pensamiento y los sueños en la realidad y en su virtualidad.



Las personas tenemos gran cantidad de recuerdos, de los cuales, los recuerdos creados dentro la casa tienen una mayor tonalidad o calidez que los recuerdos creados en el exterior, pues la casa alberga a la persona que sueña, la casa dos da paz para poder soñar. La casa le da a nuestros pensamientos, recuerdos y sueños un sentimiento de integración y el pasado, el presente y el futuro le dan a la misma dinamismos diferentes.


La casa recoge todo lo que es el hombre, todos sus pensamientos, sin ella el hombre sería un ser disperso, pues la casa es el primer mundo del hombre y ahí era donde éste se sentía protegido, por lo que tal sentimiento de protección continúa.


Gracias a la casa guardamos una gran cantidad de recuerdos, y si esta casa tiene muchos sitios diferentes dentro, los recuerdos se hacen más característicos y detallados. “El espacio conserva el tiempo comprimido. El espacio sirve para eso.” Y la memoria no registra la duración de un recuerdo, sino por medio del espacio. Normalmente, el inconsciente sabe estar a gusto en cualquier lugar. Y el psicoanálisis llama a la persona a vivir en el exterior, salir del albergue y experimentar las aventuras de la vida. Los valores del albergue con muy sencillos y se encuentran enraizados en el inconsciente de la persona que se les puede encontrar por una sencilla evocación, más que por una descripción detallada. La casa debe ser un lugar para soñar, un lugar en el que la descripción de tal sueño no sea posible decir; debe ser un lugar en dónde se pueda descansar del pasado.


Una descripción de una casa no puede hacer que otra persona sienta lo que la persona que ahí vivía siente al recordar todos esos sitios, recodar los recorridos, los aromas, etc. Así el recordar una casa se hace psicológicamente complejo. La casa en donde se ha vivido por mucho tiempo está inscrita físicamente en nosotros. Por medio de costumbres, conocemos todos y cada uno de los rincones de nuestra casa. Podemos caminar en la oscuridad dentro de ella y acostumbrarnos a aquel escalón que es más alto que los demás…


“La casa es un conjunto de imágenes que dan al hombre razón o ilusiones de estabilidad.” Para ordenar tales imágenes se deben tomar dos puntos de enlace principales:

1. “La casa es imaginada como un ser vertical”;

2. “La casa es imaginada como un ser concentrado”.


La verticalidad se da por la localización del sótano y la guardilla, uno abajo y otro arriba. Y comúnmente es el sótano, oscuro y frío, a diferencia de la guardilla, el sitio de la casa al cual el hombre teme ir, pues todo el tiempo ese sitio es oscuridad total y el miedo se magnifica en tal sitio. La torre, los subterráneos profundos, están en ambos sentidos verticales de la casa, como estamos acostumbrados, inconscientemente, a su verticalidad. En cuanto a las escaleras, tenemos sensaciones de cada una de ellas: las escalera que van al sótano, al pensar en ellas pensamos en “bajar”, es el camino hacia abajo lo que más se guarda en nuestros recuerdos y da una sensación de temor. La escalera que va al cuarto se sube y se baja, pues es normalmente un área de transición y que es frecuentemente utilizada para andar en la casa y da una sensación familiar al ser tan utilizada. Por último la escalera que lleva al desván es una escalera que siempre “sube”, el subir por esa escalera tan inclinada es lo que queda en nuestra memoria después y da una sensación de soledad tranquila.


Otro detalle importante de la casa y su localización es el ruido del sitio en dónde se encuentra, pues si ésta está en la ciudad van a ser comunes los sonidos de los autos y el gran alboroto y agitación que hay en este lugar, mientras que en espacio rural no habrá tanta agitación y será un lugar más silencioso.


“Los centros de condensación de intimidad donde se acumula el ensueño”. Estos centros de condensación o concentración son los sitios de la casa en donde nos sentimos más seguros y con más fuerza que en ningún otro sitio. Es ahí de dónde guardamos más recuerdos.

“Las imágenes, los grabados sencillos, los ensueños de nuevo. Nos devuelven estancias del ser, casas del ser, donde se concentra una certidumbre de ser.”. Las imágenes no pueden permanecer quietas, pues una imagen irradia ondas de imaginación.


De muchas maneras se tiene esa intimidad con el hogar, con los recuerdos y las imágenes. Todo está en la cabeza e imaginación del hombre, quién tiene todo un libro de recuerdos y sensaciones personales de su casa de la infancia.



II. Casa y Universo


Baudelaire cree que cuando una casa es atacada por el invierno aumenta el valor de la intimidad. La dialéctica de la casa y el universo es muy sencilla. De todas maneras, más allá de la casa habitada, el cosmos de invierno es un cosmos simplificado. En una no-casa, en el estilo en que el metafísico habla de un no-yo. De la casa a la no-casa todas las contradicciones se ordenan fácilmente. En la casa todo se diferencia, se multiplica. Habla mucho sobre el invierno y los efectos que producen en la casa y en el universo los cuales llegan a ser contradictorios. Por ejemplo, el invierno en la casa produce intimidad, más calidez y amor; y en el exterior, el invierno (la nieve) borra los pasos, confunde los caminos y oculta los colores.

Un caso más complejo es el de Rilke. ÉL cree que cuando hay una tormenta donde el cielo manifiesta su ira existe menos hostilidad en el campo (exterior) que adentro de la casa. Al estar refugiado en la casa existe un deseo de salir. Es un dinamismo de lucha cósmica.

En oposición, la casa de Malicroix, llamada La Redousse, está construida en la playa y parece frágil. El personaje percibe una gran tranquilidad nocturna, la cual le preocupe, y en momentos se desata una angustia cósmica que termina en una gran tempestad. Es en ese momento cuando la casa se transforma en el verdadero ser de la humanidad pura: la resistencia del hombre. “La casa luchaba bravamente. Primero se quejó…la acataron por todas partes con un odio bien claro… Pero ella se mantuvo… Sólo la tuve a ella para guardarme y sostenerme. Estábamos solos.” (pg. 76-77) El escrito está lleno de metáforas para su mejor entendimiento y al analizarlas se pueden aplicar a la vida.

A veces la casa crece, se extiende. Puede respirar, es un revestimiento de armadura y se extiende hasta lo infinito. En todo sueño de casa hay una inmensa casa cósmica en potencia.

Las imágines nos obligan a recordar más adentro en nuestro pasado, el cual lo juzgamos. Las casas perdidas siempre viven en nosotros, como si esperaran que les prestáramos un suplemento de ser. Es como si no la hubiéramos aprovechado. Si sostenemos el ensueño en la memoria y rebasamos los recuerdos la casa perdida surge de la sombra. Rilke conoce la intimidad de fusión. Los recuerdos precisos parecen desprenderse de nosotros y llegamos a dudar de haber vivido en aquel lugar, una irrealidad impregna los lugares y el tiempo.

La casa del porvenir es más sólida, más clara que las casas del pasado. Es común decir “lo que no ha hecho, se hará.” La casa soñada satisface el orgullo.

Toda imagen simple es reveladora de un estado de alma: la casa más que el paisaje. En estudios hechos a niños que dibujan su casa han encontrado grandes relaciones entre el dibujo y sus experiencias. La forma en que las dibujan y sus elementos expresan mucho sobre el niño.



Bibliografía:

Bachelard, G. (2000). La poesía del espacio. Editorial Fondo de Cultura Económica. 2ª Edición en español: México.